La cadera es la segunda articulación más grande del cuerpo (después de la rodilla) y es particularmente fuerte, ya que debe soportar grandes cargas y una amplia variedad de movimientos. Además, tiene un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio y como base para el centro de gravedad del cuerpo.

• La articulación de la cadera está formada por 2 huesos: el extremo superior del fémur o cabeza del fémur y una cavidad hemiesférica de la pelvis llamada acetábulo.
• Tanto la cabeza del fémur como el acetábulo están cubiertos por un tejido flexible llamado cartílago articular que ayuda al deslizamiento de la articulación.
• La articulación de la cadera está rodeada por ligamentos, un tejido fibroso que sostienen la articulación y conecta los huesos de la cadera al muslo.
• Por último, la cápsula articular protege la articulación herméticamente y contiene el liquido sinovial, que actúa como lubricante para reducir la fricción y el desgaste de la articulación.

Una cadera sana nos permite, por ejemplo, caminar, agacharnos y girarnos sin dolor. Pero, ya sea por envejecimiento, por sobreuso de la articulación o por un traumatismo, la cadera puede sufrir múltiple enfermedades y lesiones que impiden su funcionamiento normal o causan dolor y rigidez crónicos.

El reemplazo de cadera o artroplastia es uno de los procedimientos más frecuentes para aliviar con éxito el dolor y restaurar la movilidad en pacientes con artrosis de cadera avanzada.

A grandes rasgos, esta cirugía consiste en eliminar la superficie dañada de la articulación (acetábulo y cabeza femoral) y reemplazarla por uno o varios componentes para restaurar el movimiento y la función de la cadera natural.

En el siguiente video se explica de forma resumida y sencilla en qué consiste un reemplazo total de cadera:

En líneas generales, existen 2 tipos de artroplastia de cadera: el reemplazo parcial de cadera en el que se sustituye la parte dañada del fémur pero se mantiene intacto el acetábulo de la pelvis, y el reemplazo total de cadera en el que, además, se implanta en la pelvis un cotilo sobre que el que articula la cabeza femoral. En el caso de que la cirugía sea para sustituir una prótesis ya implantada se lleva a cabo un reemplazo de revisión, que también puede ser total o parcial.

La elección de uno u otro procedimiento depende de muchos factores como la patología existente, la calidad del hueso o la edad del paciente y quedará siempre sujeta al criterio del cirujano.

En función del tipo de prótesis, el cirujano puede optar también por una fijación cementada (la prótesis se fija al hueso con ayuda de un cemento especial) o no cementada (la prótesis tiene un recubrimiento de un material biológico especial que favorece el crecimiento del hueso y su fijación).

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